miércoles, 5 de agosto de 2015
CAPITULO 89
Pedro se encontraba allí y en cuanto sintió que Paula
abandonaba el lugar salió de su escondite, la había escuchado entrar y de inmediato entró en la cuadra junto a la de Misterio, se reprochó el ser tan cobarde. Después de pasar la noche lejos de ella supo que debía hacer algo para recuperarla, pero no sabía por dónde empezar, ni cómo aproximarse sin empeorar la situación, ya que después de analizar bien las cosas comprendió que las heridas habían sido infringidas por los dos.
—¿Qué puedo hacer amigo? Nunca había tenido tantos sentimientos encontrados ni tantas dudas… si me voy junto a ella nada me asegura que lo que tenemos aquí se mantenga intacto, además está mi familia a la que prometí no defraudar… ¿Qué se supone que estaría haciendo si de un momento a otro les digo que los dejaré para irme a América junto a Paula? ¿En qué lugar quedarían ellos que siempre me han apoyado, que han creído en mí incluso cuando no lo merecía? Y lo más importante de todo ¿podré yo soportar la presión que implica entrar a un mundo de
leones como lo es la industria americana? —comenzó a cuestionarse en voz alta mientras miraba a la nada, sin poder evitar que las imágenes de su familia y la mujer que lo había acompañado en los últimos meses le colmaran la cabeza, inclinando la balanza hacia un lado y hacia otro.
—Si las exigencias que tenía en Roma me llevaron a casi provocarme la muerte, no quiero ni pensar lo que haría mi afán por intentar sobresalir y demostrarle a Paula que soy capaz de adaptarme a su mundo, podría terminar mucho peor… en el fondo sé que mi estabilidad pende de un hilo muy delgado y que se vería expuesto a zarpazos por doquier estando en América —su corazón latía con un golpeteo fuerte que parecía resonar en cada rincón del lugar.
Luego de unos minutos decidió salir de allí y buscar a alguien que le pudiera ayudar a aclarar la situación, la imposibilidad de Misterio para esbozar palabra lo eliminaba de los candidatos, pensó en llamar a su madre pero desistió al comprender que ella no sería neutral, por el contrario se enfocaría en ponerlo a él como la víctima y a Paula como la tirana, si debía ser sincero quizás ella era la menos culpable.
Por descarte optó en ir a ver a Cristina, llegaría para mencionarle algo casual, tal vez con relación a Misterio o para charlar con Jacopo sobre vinos, a lo mejor le diría que el paisaje le resultaba mucho más hermoso en otoño, la verdad era que no sabía cómo empezaría la conversación pero esta debía llevarlo a preguntarle que les había mencionado Paula durante su vista esa mañana, pues estaba al tanto de la misma.
No pasaron quince minutos cuando se enteró de algo que preferiría nunca haber descubierto, dejó a Cristina con la palabra en la boca y salió prácticamente corriendo hasta la casa de Paula mientras el aire frío que precede a la tormenta se estrellaba contra su cuerpo. Se detuvo ante la puerta de la casa que ocupaba la escritora y se cuestionó por un par de minutos lo que estaba haciendo allí, el motivo que le daría para ir a buscarla; ella le había dejado claro que no deseaba que se le acercara de nuevo y quizás era lo mejor.
—No, ustedes no pueden quedar así, no puedes dejar que aquella discusión sea su despedida, ni el recuerdo que Paula se llevé de su relación —respiró profundamente para llenarse de valor y llamó a la puerta con un par de golpes.
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Ayyyyyyyy, Dios mío, que manera de llorar con estos caps Carme. Necesito que se reconcilien y si es posible pronto jaja.
ResponderEliminarQue capítulos! ahora cierra todo!!!! si Pedro no hubiera reaccionado así... Si ella hubiese dicho las cosas de otra manera...
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