miércoles, 26 de agosto de 2015

CAPITULO 158




Entró a la habitación que se encontraba en penumbras pues mantenía las persianas cerradas para no enfrentarse con la vista, con suavidad la depositó en la cama y acomodó las almohadas, verla allí despertó en él un deseo inmenso de cuidarla, más allá del carnal que evidentemente estaba, ya que había soñado muchas veces con tener a Paula en su cama de nuevo, estaba ese que le pedía verla feliz e impedir que alguien pudiera dañarla. Se acostó detrás de ella deleitándose con su cercanía y su aroma, la acercó tanto como pudo para que todo espacio entre los dos desapareciera, pero después de unos minutos eso estaba poniendo a prueba su cordura al sentir la suavidad del trasero de Paula rozando su entrepierna, no pudo controlar la tentación y le acarició uno de los senos, la escuchó gemir y pegarse más a él provocando que el deseo lo recorriera como una ola de fuego.


—No voy a aguantar mucho más si me quedo aquí —se dijo a sí mismo cerrando los ojos, se movió cuidando de no despertarla y después de mirarla embelesado varios minutos se acercó para darle un beso en la mejilla—. Descansa preciosa, yo me quedaré contigo —susurró y le dio otro beso para salir al salón de la habitación.


Tomó su celular de la mesa donde lo había dejado y vio varios mensajes de su madre, allá debía ser cerca de medianoche, le contestó que todo estaba bien y que se comunicaría con ella temprano.


Vio el libro también y la rabia regresó hasta él con la misma intensidad de horas antes, lo agarró intentando acomodarlo pero parecía no tener remedio y lo lanzó a la mesa deseando estar frente a Susana Chaves y decirle unas cuantas verdades que se merecía.


De pronto una idea llegó hasta su cabeza, llamó a la recepción y pidió que le hicieran llegar los materiales que necesitaría para repararlo, seguramente le llevaría algunas horas, pero pensaba hacerlo y le daría la sorpresa a Paula. 


Minutos después llegó uno de los botones con el pedido y
él dio inicio a su tarea. Estaba tan concentrado que se sobresaltó al sentir que algo comenzó a vibrar cerca de él, buscó el bolso de Paula y supo que era su teléfono, la idea de que fueran Howard le provocó un amargo sabor en la boca y no lo tomó, sencillamente lo dejó allí que se explotara si quería.


—¡Maldita sea, déjala en paz! —exclamó furioso y buscó el celular en el bolso de Paula para apagarlo, pero se detuvo al ver que las llamadas eran de Jaqueline Hudson.


La mujer parecía estar desesperada porque no solo le había dejado diez llamadas perdidas a Paula, sino también varios mensajes de voz y algunos por WhatsApp. El teléfono estaba desbloqueado pero él no tenía derecho a revisarlo, todo eso lo pudo ver por encima nada más, pensó en ir a despertar a Paula para que respondiera, quizás se trataba de alguna emergencia, pero antes de ponerse de pie notó que la luz de la pantalla del suyo se encendía anunciando una llamada entrante.


—Hola —contestó en inglés al ver que era un número nacional.


—Buenas noches señor Alfonso, soy Jaqueline Hudson, perdone que lo moleste, pero me gustaría saber si de casualidad usted sabe algo de Paula, teníamos que almorzar hoy juntas y nunca se presentó.


Pedro dejó ver una sonrisa antes de responderle a la mujer que se notaba bastante preocupada.


—Ella está conmigo —respondió y estaba por agregar algo más cuando la voz al otro lado de la línea lo interrumpió.


—¡Maravilloso! Yo muerta de preocupación y ustedes dos… ¿Podría por favor decirle que conteste mis llamadas? Le he dejado varios mensajes y llevo horas intentando localizarla.


El tono de voz de la manager de Paula cambió de inmediato, remplazando la angustia por una mezcla de alivio y reproche


—No puede ahora, pero le daré su mensaje… No tiene que preocuparse Jaqueline ella está bien —dijo con tono amable.


—¿Por qué no puede atenderme? ¿Dónde están ustedes?
Preguntó con desconfianza, Pedro lo supo por ese cambio que había dado su tono de voz de nuevo, pensó en evadir las preguntas, pero sabía que Jaqueline Hudson era capaz de aparecerse allí y formar un escándalo pensando que él tendría secuestrada a Paula.


—Paula está dormida ahora… tuvo un día complicado y necesitaba descansar —respondió sin entrar en detalles.


—¿Dormida?


La escuchó preguntar sorprendida y después susurrar un “la mato” que lo hizo sonreír, no tenía que ser adivino para saber lo que la rubia debía estar pensando, y él tampoco era quien para aclararlo.


—Ella está bien Jaqueline, quizás olvidó la cita que tenía con usted —decía y la voz al otro lado lo cortó.


—Sí, supongo que estuvo muy “ocupada”. Se suponía que nos veríamos después del almuerzo, ella tenía una reunión con su madre.


—La tuvo —contestó sintiendo la molestia de recordarlo—. Ya la pondrá al tanto de la misma, le daré su mensaje en cuanto despierte —mencionó en tono amable.


—Bien, le agradezco que lo haga y por favor cuide de ella.


—Lo haré, créame que si en mis manos está no dejaré que vuelvan a hacerle daño a Paula, sea quien sea —sentenció.


—Gracias Pedro, estamos hablando.


—Hasta luego, Jaqueline.


Con esas palabras se despidió de la rubia y se quedó unos minutos analizando su conversación con la agente de Paula, era extraño que ella no recibiera mal la noticia de que ellos dos estaban juntos, al parecer la rubia no tenía favoritismo hacia Ignacio, quizás el tipo no era el santo que Paula creía o a lo mejor Jaqueline apostaba más por él. Quizás tendría en ella una gran aliada para reconquistar a su escritora, aunque después de lo que habían vivido esa tarde suponía que las cosas entre ellos estaban bien, aunque no podía decir que fuera una reconciliación completa, su situación había dado un giro de ciento ochenta grados que indiscutiblemente lo favorecía, se dedicó de nuevo a continuar con su tarea, pero su cabeza no dejaba de lado las nuevas hipótesis que se iban formando a medida que analizaba la actitud de Paula.










3 comentarios:

  1. Ay! que capítulos! Los amé!!!! Por fin están así, aunque sea en esas circunstancias! y todavía tengan mucho de qué hablar, el temita de Ignacio, etc, pero es un gran paso!

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Al finnnnnnnnnnnnnn, no puede ser más tierno Pedro. Espero que ahora Pau deje d una vez x todas a Ignacio y viva ese gran amor que sienten Pau y Pedro.

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