sábado, 22 de agosto de 2015

CAPITULO 144





El viaje en el flamante Rolls-Royce Ghost Six Senses descapotable de Ignacio Howard se estaba convirtiendo en una completa tortura para Pedro, en más de una ocasión había estado tentando de decirle que parara y bajar del maldito auto. Apenas soportaba ver cómo el hombre miraba y le sonreía a Paula, cómo le tomaba la mano llevándosela a los labios para besarla y luego mirar que ella le respondía con alguna caricia, aún por discreta que fuera odiaba que tocara a otro hombre, sentía que el fuego en su interior estaba calcinándolo y apenas pudo mantener el hilo de la conversación con Diana al principio, pero después se quedó en silencio.


—Pongamos un poco de música o nuestro invitado terminará durmiéndose —esbozó Ignacio mirando al italiano por el retrovisor.


—Solo observaba el camino, pero si es de su gusto por mí no hay problema —contestó esforzándose por ser amable y no dejarle ver las ganas que tenía de bajar del auto o lanzarlo a él.


—Los padres de Paula viven lejos del centro de Chicago, la localidad de Glencoe está casi a una hora en auto, pero bien vale la pena el viaje, es un gran lugar, libre de todo el bullicio y el tráfico de la urbe, además Susana lo adora —mencionó Ignacio mientras buscaba una lista de reproducción aprovechando la luz roja del semáforo.


—Ignacio, mi madre lo adora porque es una esnobista sin remedio, solo a ella se le ocurre tomar para residencia perpetua una casa en una zona de veraneo —señaló Diana que no tenía pelos en la lengua.


—A papá también le gusta Di, ellos se sienten bien aquí y a mí también me gustaba mucho… — decía Paula para no darle una imagen tan mala a Pedro de su familia.


—A papá le gusta porque tiene el campo de golf al lado prácticamente y porque ningún vecino lo denunciará cuando se ponga de loco a estar haciendo tiro al blanco en el jardín —esbozó divertida.


Paula rodó los ojos al ver que su hermana frustraba todos sus intentos, decidió que lo mejor era quedarse callada o 


Diana terminaría revelándole a Pedro hasta el más mínimo de los defectos que tenía su familia. Se relajó en el asiento de cuero blanco al escuchar las primeras notas de Another day in Paradise, miró a Ignacio y le dedicó una sonrisa, pero al ver por el retrovisor el rostro tenso de Pedro que miraba el paisaje, también se volvió para mirar por la ventanilla.


—Lo único maravilloso de Glencoe es la playa privada que tiene la casa de nuestros padres — esbozó una vez más la menor—. Es una lástima que no hayamos traído trajes de baño —agregó mirando a Pedro y pensó en lo bien que debía verse en uno.


Él solo le entregó una sonrisa amable, no estaba de humor para nada más, ni siquiera el gusto que le heredó su padre por la música del británico disminuía el malestar que sentía, tener que compartir de esa manera con Ignacio Howard era algo que no se había planteado y comenzaba a sentir que todo eso estaba más allá de lo que pudiera soportar, si Lisandro lo viera en esos momentos seguramente se burlaría de él o lo golpearía por masoquista.


¿Dónde carajos has dejado tu orgullo Pedro Alfonso?


Se preguntaba sintiéndose furioso con él mismo, de pronto las notas de una nueva canción dieron inicio, Against All Odds, la conocía muy bien pues fue una de las tantas que hizo su himno cuando Paula lo dejó. Una loca idea atravesó su cabeza, él podía estar allí sufriendo la tortura de verla sonreírle y acariciar a otro hombre, pero podía jurar que no dejaría que lo siguiera ignorando, comenzó a seguir la canción en su cabeza a la espera de una estrofa adecuada y se golpeaba con dos de sus dedos la pierna, intentó no posar la mirada en Paula para no quedar al descubierto.


I wish I could just make you turn around. Turn around and see me cry…there's so much I need to say to you so many reasons why… you're the only one who really knew me at all —su voz melodiosa y ligeramente ronca, por los sentimientos que lo invadían, acompañó el intérprete sorprendiendo a todos dentro del auto, pudo ver cómo Paula se tensaba quedándose inmóvil en su asiento, pero eso no le dio la satisfacción que esperaba.


—Ya había leído que entre tus cualidades además de actuar también cantabas, pero nunca imaginé que lo hicieras tan bien, pensé que apenas cumplías con el mínimo que exigen algunos directores — mencionó Diana con una gran sonrisa.


—Apenas ha sido una estrofa —contestó Pedro sin querer mostrarse pretencioso y ahora su mirada estaba en Paula.


—Pues lo hace muy bien Pedro —acotó Ignacio mirándolo por el retrovisor y al ver hacia donde estaba dirigida la mirada del italiano buscó a su novia— ¿No te parece amor? —le preguntó sacándola del trance en el cual parecía encontrarse.


—Sí… sí, lo hace excelente Pedro —esbozó y su voz apenas era un murmullo, al menos dio gracias a Dios que pudo hablar.


Sentía que por dentro temblaba mientras luchaba por contener las lágrimas, no era justo lo que Pedro estaba haciéndole, él debía comprender el momento tan difícil que estaba atravesando, pues si él se sentía incómodo ella también y no tenía que estar torturándola así.


¿Acaso qué esperaba? Que le dijera a Ignacio de buena a primera quién era él y lo que ambos habían vivido. O quizás que ella se lanzara en sus brazos sin pensar nada más, sin evaluar las consecuencias que todo eso traería, al parecer él estaba olvidando que fue quien la dejó ir y se negó a cualquier posibilidad que le planteó, tal vez necesitaba que se lo recordara para que dejara de estar haciéndose la víctima. Apretó los dientes con fuerza para evitar que las lágrimas la desbordaran y se volvió a mirar de nuevo por la ventanilla, podía jurar que si él seguía con ese juego iba a enviarla a un manicomio, pero antes le lanzaría todos los reproches que había guardado por tanto tiempo.


La casa de sus padres se mostró ante sus ojos de repente, había estado tan absorta en sus propios pensamientos que no notó cuando atravesaron el portal de hierro forjado que servía de entrada, Ignacio detuvo el auto cerca de la rotonda y ella apenas esperó que apagara el motor para descender del mismo, necesitaba alejarse de Pedro y callar dentro de su cabeza, la voz que seguía repitiendo la canción una y otra vez, moviendo cada uno de sus sentimientos a su antojo.








2 comentarios:

  1. Pero qué espera Paula para dejar al novio??? SI se muere por estar con Pedro.

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  2. Que capítulos! Lo que se está bancando Pedro por favor!!! Aunque no entendí como Paula e Ignacio están tan bien si estaban mal cuando se fue! Cuando se reconciliaron? Ojalá hablan y puedan solucionar esto!

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