martes, 14 de julio de 2015

CAPITULO 15





Paula miraba el techo de su habitación mientras las lágrimas que salían de sus ojos rodaban por sus sienes y morían en su espeso cabello castaño. Sentía una presión dentro del pecho que a cada minuto crecía acompañada de la ola de recuerdos que invadían su cabeza, cerró los ojos con fuerza para luchar contra esa sensación pero todo lo que hacía resultaba inútil, no podía alejar sus pensamientos de él.


“Me enamoré”


Escuchaba la voz de Pedro resonar una y otra vez en su cabeza, mientras su corazón mantenía ese latido lento y doloroso, se llevó las manos al rostro para ahogar sus sollozos, sintiendo como su cuerpo se estremecía a causa de ellos.


—¿Por qué ahora? ¿Por qué justo ahora que he decidido sacarte de mi vida llegas y me volteas el mundo a tu antojo? —cuestionaba en voz alta, llena de dolor y rabia—. Me ha costado tanto dejarte en el pasado Pedro, conservar lo nuestro como un sueño hermoso y lejano. Pero nada más, no puede existir nada más… ya nos sucedió, ya lo vivimos y entendimos que no estábamos destinados a estar juntos… ¿Qué ganas con todo esto? ¿Qué buscas? Si las cosas quedaron claras entre los dos… si ambos acordábamos seguir con nuestras vidas y lo hicimos, estamos bien. ¿Para qué volver? ¿Para qué encontrarnos de nuevo? —Paula hacía esas preguntas como si él estuviese allí presente, quería respuestas, necesitaba respuestas.


Tú deseabas verlo, por eso hiciste todo eso, por eso escribiste su historia.


Esas palabras invadieron sus pensamientos y al mismo tiempo un escalofrío le recorrió el cuerpo, llenándola de miedo. Era su consciencia que le mostraba su realidad, una que se había empeñado en disfrazar, pero que ya no podía seguir haciendo y debía afrontarla, debía admitir que era ella quien se negaba a dejar ir el recuerdo de Pedro porque lo seguía amando.


Esa sería la noche más larga de su vida, estaba segura de ello cuando los recuerdos comenzaron a llegarle en bandadas, cuando todo un torbellino de emociones la asaltaban sin darle tregua y allí, en medio de la soledad y el frío de su habitación se rindió a seguir luchando contra cada una de esas remembranzas a las cuales le había cerrado la puerta un par de años atrás, ya no tenía caso mantener al margen un pasado que no había logrado superar y mucho menos cuando éste ahora se le venía encima adueñándose de su presente.


Se envolvió entre las cobijas intentando que éstas alejaran el aire helado que envolvía su cuerpo, el mismo que no provenía del exterior sino de muy dentro de ella, de lo profundo de su corazón. Mientras las lágrimas la desbordaban sin el mayor esfuerzo, de nada le valía respirar profundamente y cerrar sus ojos para calmarse, para retener su llanto, tampoco que se tapase la boca intentando ahogar los sollozos, éstos salían con fuerza reventando las barreras que les imponía y también haciendo que el dolor en su pecho fuera agudo, insoportable; sabía que esa avalancha era imparable, había estado conteniéndola por demasiado tiempo y en ese momento que el muro se había roto la arrastraba a su antojo, sin contemplaciones.


—Quieres volverme loca… eso es lo que quieres ¿Es eso PedroVenir hasta aquí y voltearme el mundo al revés otra vez ¿qué es lo que buscas? ¿Qué? —preguntaba en medio del llanto amargo que a cada instante ganaba intensidad.


Lanzó las sábanas lejos de ella en un arranque de rabia e impotencia, se colocó de pie y buscó en su armario el cofre donde escondía las fotos del italiano, volcó todo el contenido sobre la cama, se dejó caer al borde de la misma, buscó una al azar con toda la intención de romperla, pero cuando le dio la vuelta para verla por última vez, la sonrisa más hermosa que hubiera visto en su vida y ese par de ojos que la habían enamorado años atrás le impidieron hacerlo.


Contrario a ello no pudo más que romper a llorar y llevarla hasta su pecho, apretarla con fuerza contra éste al tiempo que los deseos de tenerlo allí junto a ella y abrazarlo igual como hacía con la fotografía la torturaba, pues sólo su mente podía regresar en el tiempo, pero ellos no y fue así como empezó a recordar la historia que vivió en Toscana con Pedro Alfonso.






2 comentarios:

  1. Me tiene totalmente obnubilada esta novela. Me fascina!!!!!!!

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  2. Me tiene atrapada esta novela!!! Esa manera de ir y venir en la historia! Parce que por fin vamos a saber que fue lo que paso! genial!

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