sábado, 5 de septiembre de 2015

CAPITULO 190




Después que Lisandro se marchó, tuvieron la libertad para hacer lo que quisieron y lo primero que pidió Pedro fue que ella modelara para él ese sexy conjunto que llevaba, el cuerpo de Paula envuelto en fina lencería le aceleraba el corazón igual que años atrás, despertando un deseo incontrolable en su cuerpo que solo pudo saciar haciéndola suya. Paula le mostró todas las pelucas que había comprado y también las modeló para él, tenía una negra azabache, otra rubia oscuro entre otras; con cada una le mostraba una personalidad diferente, lo que le arrancó más de una carcajada a Pedro que aplaudía sus dotes actorales.


También hablaron sobre lo ocurrido entre Marcello y Diana. Pedro le reveló varios acontecimientos que habían marcado la vida del fotógrafo, los mismos la impactaron, pero aun así le parecía que su manera de proceder no había sido la más correcta, pues su hermana no estaba al tanto
de nada y lo quisiera o no la había herido. Al menos esperaba que Marcello le contara todo a Diana, si deseaba tener una relación seria debía hacerlo, ella tenía que enterarse por él y no por terceros, además no podía traicionar la confianza que había depositado Pedro en ella al contarle la historia de su amigo.


Ese domingo amaneció especialmente hermoso y brillante para ambos, despertaron cerca de las nueve de la mañana pero se quedaron por varios minutos más dedicándose miradas y sonrisas.


Bajaron para preparar el desayuno, algo ligero ya que los padres de Pedro los habían invitado para almorzar ese día en su casa.


—Déjame encargarme Paula —le pidió cuando vio que ella sacaba de la nevera la panceta y los huevos.


—Quiero hacerlo Pedro, desde que dejé la villa no volví a una cocina para preparar nada… bueno, a excepción del té con la receta de tu mamá —mencionó tomando con cuidado el afilado cuchillo.


—¿Por qué? —preguntó desconcertado mientras la miraba.


—No podía estar en ese lugar porque me recordaba mucho a ti y siempre terminaba sintiéndome abrumada por tu ausencia —respondió sin mirarlo a los ojos, porque los recuerdos la entristecieron.


—Yo me torturaba escuchando a Aerosmith —murmuró abrazándola por la espalda, queriendo que la diversión en sus palabras alejara la pena en ella, la vio sonreír y continuó—. Pero nunca llegué al extremo de escuchar a Pink, no soy tan masoquista —agregó besándole el hombro.


—Eres tan idiota a veces —dijo mientras sonreía consciente que había hecho ese comentario para animarla, giró el rostro para besarlo en los labios—. La verdad no sé porqué estoy tan enamorada de ti —esbozó mirándolo a los ojos y podía jurar que los suyos brillaban.


—Porque soy irresistible —dijo con una sonrisa arrogante.


—¡Oh, por favor! Alguien que detenga tu ego antes de que se pierda en el espacio —comentó rodando los ojos y él le dio un beso en el cuello.


—No es mentira… hasta tengo una canción, ya verás —caminó para tomar el control de la consola y encender el iPod ubicado en esta. Había encontrado el momento perfecto para dedicarle esa canción.


Paula esperaba llena de curiosidad por eso que él se disponía hacer y lo seguía con la mirada, de repente el lugar se llenó de las primeras notas de Più bella cosa de Eros Ramazzotti y ella comenzó a reír mientras negaba con la cabeza.


Pedro se acercó cantándole, tratando de simular el particular tono de voz de Eros y cuando llegó hasta ella la envolvió con sus brazos, siendo recompensado de inmediato por una lluvia de besos que caían en su rostro como gotas de lluvia, él hizo lo mismo cuando la canción le permitió y después posó su frente en la de Paula mientras la mirada a la los ojos para dedicarle la estrofa final.— Per dirtelo ancora per dirti che, più bella cosa non c'è più bella cosa di te unica come sei immensa quando vuoi —esbozó emocionado y perdido en los ojos ámbar.


—Grazie di esistere... —cantó Paula, terminando la canción junto a él mientras sentía su corazón latir fuertemente.


Se unieron en un beso lento y profundo que iba cargado de amor, roces de lenguas que los hacían gemir al tiempo que sus manos se deslizaban por sus cuerpos y solo el olor del sartén quemándose hizo que se separaran con rapidez. 


Pedro lo retiró de la cocina más dueño de la situación, pues
Paula había entrado en pánico y lo primero que hizo fue correr hasta el extintor cerca, afortunadamente se detuvo antes de quitarlo, comenzó a reír nerviosa al ver lo que estuvo a punto de hacer, él la acompañó y después de eso se concentraron en su tarea.


Terminaron de desayunar minutos después, pero mientras lo hacían se enfrascaron en un duelo de esos que siempre tenían, algo relacionado con un episodio del libro que según él no había sido como ella lo describió, al final ninguno de los dos se daba por vencido y mientras lavaban los platos Pedro se vengó de Paula dándole un azote con el paño de cocina haciéndola brincar y cuando ella reaccionó le llenó la cara de la espuma que tenía en la mano.


—¡Paula! —la reprendió quitándose la espuma de la mejilla mientras ella reía divertida—. Con que esas tenemos, ya verás —la amenazó buscando el lavaplatos para hacerle lo mismo.


—¡No Pedro tú empezaste! —acotó alarmada, salió corriendo para subir a la habitación y ponerse a salvo.


Él dejó la botella de lado y se enjuagó la mano con rapidez para evitar que se escapara, corrió y la atrapó justo en los primeros peldaños de la escalera tomándola desde atrás por la cintura para levantarla en vilo.


—¿A dónde crees que vas? —inquirió tumbándola en el sofá.


—Esto no es justo… te vales de tu fuerza —se quejó intentando parecer seria pero no podía evitar reír teniéndolo encima.


—Y tú de tu astucia, así que estamos a mano —indicó moviéndose con rapidez para quedar tendido sobre ella.


Se veía tan hermosa esa mañana con el cabello al natural, sin maquillaje dejando a la vista sus lindas pecas y lo mejor de todo su sensual cuerpo cubierto nada más por el diminuto conjunto de camiseta y short de seda gris plata que llevaba puesto, sentir como la tela se deslizaba entre ambos avivaba el deseo en él. La mirada brillante y la sonrisa de Paula lo hacían sentir cada vez más enamorado, nunca había sido un tipo muy romántico, de esos que dedican canciones o regalan flores y chocolates, lo físico siempre había tenido más peso en sus relaciones anteriores, pero ella hacía que todo fuera distinto, hermoso y perfecto, lo hacía sentir en el paraíso.


—¿Qué sucede? —preguntó desconcertada al ver que él se había quedado mirándola en silencio y sus ojos lucían mucho más azules por la intensidad que le entregaba.


—Solo te miraba… y me preguntaba ¿cómo pude pasar tanto tiempo lejos de ti? Sin tenerte así, sin verte despertar en las mañanas y escuchar tu risa… ¿Cómo pude vivir sin ti por tanto tiempo Paula? —cuestionó mirándola a los ojos y sus latidos se habían desbocado.


Paula no pudo responderle, la emoción la rebasó hasta el punto que hizo desaparecer su voz, pero su mirada cristalizada por las lágrimas producto de la felicidad que la embargaba, le gritaba que lo amaba con cada espacio de su ser y buscó los labios de Pedro para expresarle a través de un beso todo lo que él la hacía sentir, lo acariciaba despacio con la punta de su lengua mientras sus manos abarcaban la fuerte espalda y lo pegó a su cuerpo sintiendo el maravilloso peso de él.


Pedro se dejó llevar por ese beso que ella le brindaba, siendo más hermoso que cualquier respuesta que pudiera darle, pues cuando el amor era así de intenso como ese que ellos compartían las palabras a veces sobraban. Entró en el juego que le proponía Paula y en segundos se encontró
besándola con pasión al tiempo que todo su cuerpo acariciaba el de ella cuando se movía para sentir la suavidad y calidez que le regalaba la figura de su mujer; justo en ese momento comenzó a sonar una canción que podía acompañar a la perfección ese momento, pues así había pasado él los últimos años de su vida: Fuera del cielo, de ese cielo que era la mujer entre sus brazos.


—I'm born again every time you spend the night; because your sex takes me to paradise… yeah your sex takes me to paradise and it shows, yeah, yeah, yeah —cantaba mientras la besaba y la acariciaba.


Ella sentía que en verdad estaba en el cielo, reía emocionada cuando él ahogaba la voz en su cuello, ronroneando y haciéndola estremecer, lo encerró entre sus piernas para sentirlo más cerca siendo consciente de inmediato de la prueba de su deseo.


—Because you make me feel like, I've been locked out of heaven for too long, for too long — continuó con la canción mientras gemía al sentir ese suave y exquisito movimiento que hacía Paula con las caderas, su respiración agitada y el calor que ganaba su cuerpo.


Comenzó a besarle el cuello y sus manos viajaron hasta ese precioso par de senos acariciándolos por debajo de la camisola, sintiéndolos tibios, suaves y despiertos para él, la sintió temblar cuando sus dedos rozaron los pezones, así que repitió la acción de nuevo.


Paula tenía los ojos cerrados mientras se dejaba consentir por las caricias de Pedroacariciándole ella también la espalda que para su suerte estaba libre de obstáculos pues él no llevaba una prenda que lo cubriera, solo el short que le llegaba a los poderosos muslos. La canción seguía sonando y justo antes que llegara una de las últimas estrofas ella sintió que era su turno de expresarle lo que deseaba, buscó los hermosos ojos azules de Pedro y le cubrió las mejillas con sus manos para captar su atención.


¿Can I just stay here? ¿Spend the rest of my days here? —expresó con la voz ronca por las emociones que la embargaban.


Ambos sabían lo que esa petición representaba para los dos, casi cuatro años atrás ella había sentido, que necesitaba más tiempo para lanzarse a la aventura de vivir junto a Pedro de manera permanente, pero justo en ese momento era lo que más deseaba y estaba segura que sería feliz junto a él, así que ya no le quedaban dudas y por ello se lo estaba pidiendo, quería quedarse el resto de su vida junto a Pedro.


—Quédate para siempre Paula —susurró mirándola a los ojos, sintiendo que estaba a punto de llorar, rozó sus labios con los de ella mientras sonreía—. Quédate junto a mí toda la vida preciosa —agregó y pensó en pedirle en ese instante que se casara con él.


Pero no había ni siquiera comprando un anillo y aunque quizás la joya no tuviera mucha importancia pues sabía que ella no era una mujer materialista, le gustaba seguir tradiciones y se lo pediría como Dios manda, además necesitaba la ayuda de su padre para concretar la idea que tenía días dándole vueltas en la cabeza.


—Ven —dijo levantándose con rapidez y la tomó de las manos para ayudarla a ella a ponerse de pie.


—¿A dónde? —preguntó un poco desconcertada por el cambio.


—A la habitación, voy hacerle el amor señorita Chaves y me tomaré todo el tiempo del mundo —contestó con una gran sonrisa.


—Creo que has olvidado que debemos ir a casa de tus padres —mencionó viendo el moderno reloj de pie cromado—. Van a ser las once Pedro y debemos estar con ellos a la una —señaló.


—Pues nos tocará bañarnos juntos —mencionó tomándola por la cintura para subirla sobre su hombro como si fuera un saco.


—¡Pedro! —exclamó al quedar de cabeza.


Se vengó de él dándole una nalgada, pero de inmediato se sobresaltó al recibir una palmada en la unión de sus nalgas en respuesta a su ataque, esta no fue dolorosa y en lugar de liberar un grito terminó gimiendo al sentir cómo se extendía por todo su cuerpo, viajando a través de sus venas como
una descarga eléctrica que activó todas sus terminaciones nerviosas, sus músculos se tensaron y se dejó caer pegando su boca a la cálida piel de la espalda de Pedro.


Él la subió con agilidad por las escaleras y apenas perdieron tiempo, en cuanto llegaron a la habitación, prácticamente se arrancaron las prendas y una vez desnudos entraron al baño donde hicieron el amor con desbordante pasión, olvidándose incluso que el tiempo corría.






2 comentarios:

  1. Ayyyyyyyyyyyy, qué divinos los 3 caps Carme. Me imagino la cara de Paula cuando se dio cuenta que estaba Lisandro jajajaja. Buenísimos los 3, re tiernos

    ResponderEliminar
  2. Hermoso capítulos!!! Me encnat el estado en el que están! Que lindo que Pedro está pensando en casarse ya!

    ResponderEliminar