viernes, 24 de julio de 2015

CAPITULO 48






Quince minutos después se encontraba en el salón de la casa junto a Pedro, quien la tenía rodeada con sus brazos y la besaba con ternura, prologando tanto como le era posible la separación, sintiéndose tentada a quedarse, pero consciente que si lo hacía nada evitaría que terminaran desnudos en la cama de nuevo, ambos parecían no poder saciarse el uno del otro y aunque le gustaba mucho, también empezaba a parecerle algo exagerado, sin embargo, no se enfocó en ello, no quería arruinar el momento.


—Ya déjame ir… sólo serán pocas horas… te espero esta noche — esbozaba Paula entre besos.


—Yo te dejo ir… si tú dejas de besarme —le hizo saber él con una sonrisa, pegándola a su cuerpo.


Paula apenas había notado que era ella quien rozaba los labios de él una y otra vez, se sonrojó y cerró los ojos negando, él la hacía perderse por completo, y apenas habían pasado una noche juntos, no quería ni pensar lo que sería de ella después. Con lentitud se movió para alejarse, le acarició la espalda, los brazos y para no quedarse con las ganas lo besó una vez más, un último beso intenso y profundo que los dejó jadeando a ambos.


—Te veo esta noche —susurró Pedro y la tomó de la mano.


Al fin llegó la despedida, ella salió por la puerta de la cocina que daba al patio que sus casas compartían, de ese modo no tendría que enfrentarse a Cristina, su esposo o Piero, no se sentía preparada para asumir lo que había ocurrido entre Pedro y ella, con alguien más.







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